viernes, 18 de abril de 2014

Estructura y función de los músculos esqueléticos

 
Cuando pensamos en los músculos, tendemos a considerar a cada uno de ellos como una sola unidad. Esto es natural porque un músculo esquelético parece actuar como una unidad independiente. Pero son mucho más complejos que eso. Si diseccionásemos un músculo, primero cortaríamos el tejido conectivo exterior que lo recubre (el epimisio) que rodea todo el músculo, manteniéndolo unido. Una vez cortado, se ven pequeños haces de fibras envueltos por una vaina de tejido conectivo. Estos haces reciben el nombre de fascículos, componiendo lo que se llama el perimisio. Por último, cortando el perimisio y usando una lupa, se pueden ver las fibras musculares, que son las células musculares individuales. Cada una de las fibras musculares está también cubierta por una vaina de tejido conectivo, denominada endomisio.

Las fibras musculares más largas de los humanos tienen unos 12 cm de longitud.

El número de fibras en distintos músculos oscila entre los 10.000 en músculos pequeños a más de un millón (por ejemplo músculos gemelos)

UNA CÉLULA MUSCULAR AISLADA RECIBE EL NOMBRE DE FIBRA MUSCULAR.

Cada fibra muscular está conectada (inervada) por un nervio motor. El nervio motor inerva a más de una fibra muscular: esto se denomina unidad motora, una sinapsis entre un nervio motor y una fibra muscular que se denomina unión neuromuscular. Es el lugar donde se produce la unión entre los sistemas nervioso y muscular. Las acciones musculares se inician con un impulso nervioso motor.






FUENTE: Wilmore, J.H; Costill, D.L, Fisiología del esfuerzo y del deporte, Editorial Paidotribo, Barcelona, 2004

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