Comenzamos esta sección con un interesante artículo que publicó el diario El País de España en el año 2008 sobre uno de los mejores jugadores de fútbol actuales, Arjen Robben, y cómo a pesar de su profesionalidad deportiva y estando ese año jugando en el Real Madrid de España debió modificar y reaprender sus movimientos en la biomecánica de la carrera para evitar lesiones y economizar esfuerzos. Eso nos indica muchas cosas, sobre todo que nunca es tarde para aprender y la necesidad de poner en cuestionamiento nuestro sistema de creencias respecto de aquello que consideramos que deportivamente realizamos correctamente. Las técnicas fundamentales, a todo nivel deportivo, deben ser entrenadas constantemente aún en sus expresiones más básicas.
Robben aprende a correr en el Madrid
El cuarto jugador más caro en la historia del club se ejercita diariamente para evitar lesiones mejorando la zancada.
"Robben no corre bien", dice uno de los empleados del centro de alto rendimiento del Madrid. "Estamos intentando corregirle", insiste. Otro de los especialistas en perfeccionar el rendimiento físico de los jugadores coincide: "Tiene un problema mecánico".
Arjen Robben es el jugador más rápido de la plantilla del Madrid
junto con Balboa y Drenthe. Pero tiene un impedimento. Su carrera es la
menos económica en movimientos, la que más energía desperdicia y la que
más desgasta. El hombre ha estado de baja por lesión en 14 de los 23
partidos de Liga disputados esta temporada. Su inactividad, forzada por
problemas físicos, se traduce en presión psicológica. Es consciente de
que el club espera mucho de él y esto le preocupa. "Poder jugar 90
minutos ante el Valladolid [el domingo pasado] y marcar un gol me sirvió
para recordar que todavía puedo ser útil a este equipo", dijo ayer.
Igual que las personas que sufren operaciones, o accidentes que
menoscaban su capacidad física, Robben hace algo parecido a una
rehabilitación. Su objetivo es correr más suelto, con una zancada más
elástica. Los médicos han determinado que la causa de sus continuas
lesiones musculares es su mala técnica de carrera. Robben no ha sabido
esta teoría hasta que fichó por el Madrid el verano pasado. Ahora lleva
meses luchando por reeducar su cuerpo. Diariamente, antes del
entrenamiento, acude al gimnasio a realizar una tabla de ejercicios. La
rutina contiene movimientos que, al principio, son simples. Una vez que
ha interiorizado los gestos básicos, debe realizar ejercicios que van
escalando en complejidad. De momento, Robben se encuentra en la primera
etapa de un proceso que los especialistas califican de muy dificultoso.
"Él tiene que hacer de un acto reflejo un reflejo condicionado",
apuntan.
Los movimientos hacen hincapié en el apoyo con los metatarsos y el
impulso, usando los pies como pedales. A decir de los técnicos: "Robben
debe aprender a correr como si el campo fuese un tapiz rodante que debe
impulsar hacia atrás".
De momento, Robben corre como si quisiera agujerear el tapiz a
taconazos. No con los metatarsos, sino con los talones. Este gesto
antinatural, esta zancada viciada, le ha ido socavando. "Genera una
tensión excesiva en los músculos flexores", explican en el Madrid; "su
zancada es el origen de sus lesiones musculares porque entra con los
talones, no se impulsa con la punta de los pies y la cadera se le queda
muy atrás. Esto somete su zona lumbar a una gran carga, que se traslada a
la parte posterior de los muslos, donde está la musculatura que define a
los velocistas".
El holandés, nacido en 1984, no ignora que el Madrid hizo una
inversión importante para contratarlo. El precio que pagó al Chelsea, 36
millones de euros, le convierte en el cuarto jugador más caro de la
historia del club, por detrás de Zidane, Figo y Ronaldo. Según los
especialistas en la preparación física del Madrid, Robben jugó tres años
en el Chelsea sin que los médicos del club inglés dieran importancia a
su biodinámica. Sufrió lesiones musculares cada vez con más frecuencia.
La temporada pasada sólo disputó 16 partidos completos en todos los
torneos. Esta temporada lleva dos.
A Robben le desagrada hablar de sus problemas físicos. Si le hacen
una pregunta al respecto, como ayer, prefiere explicarlo todo desde un
punto de vista meramente casual: "He tenido mala suerte". Presuponer que
todo se debe a una mala estrella es ignorar las causas científicas. No
es el caso de Robben, que, aunque no lo diga, sabe perfectamente que día
tras día debe aprender a correr para que sus músculos no revienten.
Todo es cuestión de tiempo y de evitar lesiones. En el Madrid cruzan los
dedos. La baja de Robinho, que estará 10 días inactivo por una
microrotura en el abdomen, hacen que Robben sea más necesario que nunca.
Martes 12 de febrero de 2008, El País
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